Lección N° 10 Nuestro hogar eterno

¿Se ha preguntado cómo sería el mundo si no hubiera guerras, hambrunas, desastres, injusticia y la muerte? ¿Se imaginan un lugar donde todas las naciones vivan en armonía, en una relación de amor perfecto? Ahora piensa en ese lugar e imagina al mismo Dios hablar con usted cara a cara. La buena noticia es que es y será nuestro hogar después del período de mil años, en el que los salvados estarán en el cielo.

1. ¿Qué prometió Jesús preparar para sus seguidores? Juan 14: 1-3

2. ¿Quién es el arquitecto y constructor de la Ciudad Santa? Hebreos 11:10

Para una descripción detallada de la Nueva Jerusalén, lea Apocalipsis 21: 9-27.

3. Al final del Milenio, dónde estará la Nueva Jerusalén? Apocalipsis 21: 2

4. ¿Qué pasará con la tierra cuando los malvados reciban el castigo de la segunda muerte? 2 Pedro 3:10

5. ¿Qué esperamos después de esto? 2 Pedro 3:13; Apocalipsis 21: 1

6. ¿Quién es la Nueva Tierra? I Corintios 2: 9

7. En la Nueva Tierra recordaremos las cosas malas que pasamos aquí? Isaías 65:17

8. ¿Quién habitará la tierra nueva, junto con los slavados? Apocalipsis 22: 3

9. ¿Qué no habrá más en la tierra nueva? Apocalipsis 21: 4

10. ¿Qué es importante hacer para conseguir la vida eterna? Juan 3:16

11. ¿Solamente quiénes entrarán al reino de los cielos? Mateo 7:21




Mi Decisión:

Creo que este mundo será destruido y se renovará la tierra después del milenio. Así que decido mantener una comunión con Jesús y hacer la voluntad de Dios con el fin de estar preparado para vivir en la tierra nueva.

Conceptos que deben ser muy claros:

1. Nuestro viaje a través del cielo, a bordo de la Nueva Jerusalén, llevará mil años.
2. Al final del milenio, nuestro eterno hogar finalmente se establecerá en este planeta, pero renovado.
3. La nueva Jerusalén, que descenderá sobre el monte de los Olivos (Zacarías 14: 3, 4), es la capital de la tierra nueva.
4. Dios habitará con los redimidos para siempre.
5. La vida de los salvados en la nueva tierra estará llena de actividades divertidas. No más injusticia, ni egoísmo,  enfermedad, separación o  muerte.